miércoles, 28 de diciembre de 2011

"El descenso seduce como sedujo el ascenso"


EL DESCENSO - William Carlos Williams

El descenso nos llama
como nos llamó el ascenso.
La memoria es una especie
de consumación,
de renacimiento
incluso
un comienzo, pues los espacios que abre son lugares nuevos habitados por multitudes hasta ahora
impensadas,
nuevas especies
cuyos movimientos
se dirigen hacia nuevos objetivos
(antes incluso de que fueran abandonados).

Ninguna derrota está hecha totalmente de derrota,
pues el mundo que abre es siempre un lugar
antes
insospechado. Un
mundo perdido,
un mundo insospechado,
que llama a nuevos lugares
y no hay blancura (perdida) tan blanca como la memoria
de lo blanco.

Con la tarde, el amor despierta
aunque sus sombras
vivas aún
por la luz del sol
crecen soñolientas y se desprenden
del deseo

El amor ya sin sombras se agita
comienza a despertar
mientras la noche
avanza.

El descenso
hecho de desesperanzas
y sin consumación
nos revela un nuevo despertar:
que es el otro lado
de la desesperación.
Por lo que no pudimos llegar a consumar, por aquello
negado al amor,
por lo que perdimos en la expectativa
el descenso continúa
sin fin e indestructible.

viernes, 18 de noviembre de 2011

"¡Ah! fuyez, douce image”





DES GRIEUX
¡Estoy solo!
¡Sólo al fin!
¡Es el momento supremo!

(Tranquilo)

¡No deseo otra cosa
que el reposo que me proporciona la fe!
¡Sí, he querido poner al mismo Dios
entre el mundo y yo!

(Muy tranquilo)

¡Ah! Huye, dulce imagen, tan querida por mi corazón;
respeta el reposo tan cruelmente ganado,
y piensa, si he bebido una amarga copa,
que mi corazón la llenará con lo que ha sangrado.
¡Ah! ¡Huye! ¡Huye lejos de mí!
¡Ah! ¡Huye!

¿Qué me importa la vida y la apariencia de gloria?
No quiero más que expulsarlo del fondo de mi memoria...
¡Un nombre maldito!
Ese nombre... ¡que me persigue!


EL PORTERO DEL SEMINARIO:
¡El oficio va a empezar!

DES GRIEUX
(Para si)
¡Voy!
¡Dios mío!
Que vuestra llama
purifique mi alma...
¡Y disipe con su fulgor
la sombra que pesa todavía en el fondo de mi corazón!

¡Ah! ¡Huye, dulce imágen, tan querida por mi corazón!
¡Ah! ¡Huye! ¡Huye lejos de mí!
¡Ah! ¡Huye lejos de mí! ¡lejos de mí!.


Dedico esta entrada a la preciosa aria de la ópera “Manon Lescaut” de Massenet: “¡Ah! fuyez, douce image” (en italiano: “¡Ah! Dispar, vision”).

Esta canción ilustra la escena en la que Des Grieux, abandonado por Manon por un hombre más rico, decide convertirse en sacerdote, pero a pesar de todo no puede olvidar a la joven ni un instante.

¡Ah! fuyez, douce image” le da voz de una forma magistral a la novela del Abate Prévost: “Manon Lescaut”. El capítulo sobre el sacerdocio de Des Grieux conmueve profundamente, y acompañado de esta canción en la que Massenet supo captar cómo si la pintara la escena escrita, es ya “el momento supremo” en cuanto a historias de amor.

No hay nada más apasionado que los términos con los que Des Grieux describe su amor por Manon a lo largo de toda la novela.

Nada parece superior a los sacrificios que hace Des Grieux por ella; a los desordenes que le conduce a él, un hombre en esencia completamente recto e íntegro, su amor por la variable, caprichosa e infiel Manon.

Finalmente, Manon impide que Des Grieux se haga clérigo, entrevistándose con él a solas y arrastrándole inevitablemente con ella, pues Des Grieux no puede resistirse a Manon.

martes, 15 de noviembre de 2011

Paradise Lost


"¿Es ésta la región, el suelo, el clima -Dijo entonces el perdido Arcángel-, ésta es la morada que a cambio recibimos de los Cielos, esta penumbra lúgubre por aquella luz celeste?.

Sea, puesto que aquel que ahora es Soberano puede declarar qué es lo recto: lo más preferible es lo que más nos aparte de él; en razón igual, supremo reina por la fuerza sobre iguales.

¡Hasta siempre, Campos venturosos donde es eterno el gozo! ¡Salve horrores, salve Mundo infernal!.

Y tú, profundo Averno, a tu nuevo dueño acoge: alguien cuyo espíritu no cambiará nunca, ni con el tiempo, ni en lugar alguno.

El espíritu vive en sí mismo, y en sí mismo puede hacer un Cielo del Infierno, o un Infierno del Cielo.

¿Qué importa dónde, si aún soy el mismo, si lo soy todo, sólo menos que ése al que el Trueno hace superior?.

Aquí al menos somos libres; el Omnipotente por envidia yermo tiene este lugar: no ha de echarnos de él.

Aquí seguros reinaremos, y según lo juzgo digno anhelo es reinar, incluso en los Infiernos: Mejor reinar en el Infierno que servir en el Cielo.

¿Mas por qué dejar a nuestros fieles amigos, compañeros y partícipes en nuestra pérdida, yacer así aturdidos en el lago del olvido sin llamarlos a tener su parte en la mansión desventurada; o de nuevo en armas congregados ver qué pueda recobrarse aún del Cielo, o perderse todavía en el Abismo?. "


"El Paraiso perdido" de Milton trata sobre la caída de los ángeles rebeldes, expulsados del Paraíso al principio de los tiempos por revelarse contra Dios.
A diferencia de la versión judeocristiana de los hechos, Milton muestra una nueva forma de ver de la historia: el Arcángel perdido (Lucifer, hijo de la Aurora, ahora Satanás) no es más que una especie de libertador. Sus ideales se basan en que Dios es un tirano, que ha creado a los ángeles sin libre albedrío y que se alza por encima de todos ellos con un poder absoluto que les obliga a inclinarse de rodillas ante Él, liquidando cualquier posibilidad de autonomía.
Lejos de resultar el reflejo de un monstruo, el Lucifer/Satanás de Milton pretende ser un héroe trágico, un rebelde cuya personalidad arrebatada e ideales a ultranza despiertan más admiración que repulsión.
El archifamoso prototipo de "Héroe Byroniano" está directamente sacado del Lucifer de Milton.
Ha sido Milton quién ha creado esa figura del "Antihéroe Fascinante", que aún sigue de moda y dando guerra sin cuartel en la ficción moderna.
Cualquier villano con trazas de resultar seductor o atrayente por sus ideas anárquicas y/o revolucionadoras, o simplemente por su magnética aura de convicción y por su lucha a muerte contra las normas y leyes establecidas, es un descendiente (más lejano o más cercano, depende, pero siempre familia) del Personaje creado por Milton.
Un Personaje que traspasa las meras páginas de papel y que también traspasa completamente su propia historia.
No es ya ni ángel ni demonio, sólo un Carácter profundo y marcado que siempre servirá de modelo para el imaginario popular.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Love Remembered





Le dedico esta entrada a mi madre. Sé que disfrutará con estas hermosas frases de la película “Drácula” de Francis Ford Coppola.
Puede que la película trate sobre vampiros, horrores y cosas imposibles... Pero su mensaje es tan verídico que nada puede alterarlo, por fantasiosa e increíble que sea la trama. “El amor nunca muere”.


"¿Cree usted en el destino, que incluso los poderes del tiempo pueden modificarse por un sólo propósito? El hombre más afortunado que pisa esta tierra es aquél que encuentra el amor verdadero."



"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte."



"Quiero ser lo que tu eres, ver lo que tu ves, amar lo que tu amas... Tú eres mi amor y mi vida para siempre."




"Siempre hay una princesa con deslizantes vestidos bancos y su rostro... su rostro es un río. La princesa es un río lleno de lágrimas de tristeza y congoja."

"‒ Mina, bebe y únete a mi en la vida eterna... ¡No!, no puedo permitirlo...

‒ Por favor, no me importa, hazme tuya.

‒ Mina, estarás condenada como yo a caminar por la sombra de la muerte para toda la eternidad... Yo te amo demasiado para condenarte...

‒ Entonces apartame de toda esta muerte."



"‒ Nuestro amor es más fuerte que la muerte.

‒ Dame paz."


domingo, 30 de octubre de 2011

La seducción de un villano


Seamos sinceras, ¿qué chica no ha experimentado alguna vez ese ataque de frikismo agudo en el que una cae enamorada del chico malo?.
Los villanos atraen, sinceramente. Y en algunas ocasiones el héroe de la historia no le llega a su antagonista ni a la suela del zapato.
De Harry Potter pasas a adorar a Draco Malfoy. Y en lugar de quedarte con Stefan Salvatore, te lanzarías al cuello, más bien, de Damon Salvatore, el hermano oscuro y peligroso de Stefan.
No obstante, si te dejas o no arrastrar por el lado oscuro (tipo Darth Vader) quizás importa poco. Porque las heroínas de las historias se te adelantan y ya lo hacen por ti.
¿Ejemplos?. La protagonista de esta entrada: Pícara.
Habitualmente enamorada de Gambito, a veces Pícara cae (¡alegremente!) en las garras del archienemigo de la Patrulla X: Magneto (¿quizás por estas cosas le llaman “El Señor del Magnetismo”?).



Y no es que Gambito sea precisamente el típico héroe plasta, aburrido, soso y dramático al cual su novia abandona, asqueada, cada dos páginas para largarse con el primer villano que pase (¡con el que sea!. ¡Eh!, ¡tú!. ¿Eres villano?. ¿Quieres convertirme en tu Reina de la Oscuridad?. ¡¡Eeeeh!!...), si no que éste Príncipe de los Ladrones cajún apuesta siempre muy fuerte y trastorna los cerebros femeninos con su impecable francés de Nueva Orleans y sus frases tipo: “He venido a robarte a ti, chérie.”
Con todo, a veces es preciso un cambio de aires... Y Magneto no es un mal destino para estas vacaciones.



Pícara sabe todo esto... Y lo pone en práctica.
¿Y quién puede culpar a Pícara?. Gambito y Magneto peleándose por ella a su alrededor, y ella agarrada de la mano de los dos, sin saber a cuál escoger ni lo que hacer...
Te envidiamos tu dilema, Pícara. ¡Si las demás pudiéramos hacer otro tanto!...


domingo, 23 de octubre de 2011

Der Fliegende Holländer

Hoy quiero subir a mi blog esta preciosa balada de la ópera: "Der Fliegende Holländer" ("El Holandés Errante") de Wagner.
La protagonista de la obra, Senta, relata la historia del desventurado Capitán de El Holandés Errante, a quién muchos llaman Vanderdecken.
En la casa de Senta hay un extraño cuadro colgado en el salón. Se trata del retrato de un hombre apuesto, muy pálido y de ojos tristísimos. Él es el Capitán maldito, y Senta vive sumida en un ensueño morboso pendiente noche y día del cuadro, obsesionada con la idea de que debe de existir en alguna parte del mundo una mujer capaz de redimir de su maleficio al Capitán...

Por cierto, la imágen que colorea esta entrada no trata sobre "El Holandés Errante".
Es simplemente un cuadro de Waterhouse que representa a Miranda, de: "La Tempestad" de William Shakespeare. Pero me parecía una pintura tan acertada para el tema...



Balada de Senta - El Holandés Errante


I

¡Johohoe! ¡Johohohoe! ¡Jojohoe! ¡Johoe!

¿Has visto por el océano

el barco de velas rojas como la sangre

y mástiles negros?

Sobre el puente del barco,

un hombre pálido,

el señor del navío,

mantiene la guardia sin cesar.

¡Ay! ¡como aúlla el viento! ¡Johohe! ¡Hojohe!

¡Ay! ¡como silba entre los aparejos! ¡Johohe! ¡Hojohe!

¡Ay! El sigue volando como una flecha sin blanco,

sin final, sin descanso.

Pero un día podría haber redención para ese hombre pálido

si encontrara en tierra una esposa que le fuera fiel hasta la muerte.

¡Ay! ¿Cuándo la encontrarás, pálido marinero?.

Rogad al Cielo para que pronto,

una esposa se mantenga fiel a él.


II

Una vez, durante una violenta tormenta

con vientos muy fuertes, intentó voltear un cabo;

maldijo, en un arrebato de locura juró:

“En toda la eternidad no pararé hasta conseguirlo”.

¡Ay! Y Satanás lo oyó. ¡Johohe! ¡Hojohe!

Y le tomó la palabra. ¡Johohe! ¡Hojohe!

¡Ay! Y ahora, maldito,

surca por los mares sin final, sin descanso.

Y, para que el pobre pudiera todavía hallar redención en tierra,

el Ángel del Señor le mostró el camino hacia la salvación.

¡Ay! ¡Si la pudierais encontrar, pálido marinero!

Rogad al cielo para que pronto

una esposa se mantenga fiel a él.


III

Echa el ancla cada siete años y

baja a tierra para buscar esposa.

Cada siete años corteja a una mujer,

pero nunca ha hallado una esposa fiel.

¡Ay! “Izad las velas”. ¡Johohe! ¡Hojohe!

¡Ay! “Levad anclas”. ¡Johohe! ¡Hojohe!

¡Ay! “Amor infiel, promesa infiel!”.


¡Al mar, sin final, sin descanso!.


sábado, 8 de octubre de 2011

Lenore

Una balada gótica muy famosa, que incluso mencionan y citan en "Drácula" de Bram Stoker. Romántica, trágica y aterradora narra la historia de una mujer llamada Lenore que cree que su amante ha muerto y reniega por ello de la Providencia.
Pero, contra todo pronóstico, alguien llama a su puerta... y a simple vista parece William, su amante, que ha vuelto sano y salvo y se lleva a Lenore cabalgando en la noche...




Lenore - Göttfried August Bürger

Amaneció Lenore junto al alba carmesí,
surgiendo de temibles visiones,
"¿Eres infiel, William, o estás muerto?
hace tanto que has marchado..."
Pues él, con los guerreros de Federico,
a la lejana Praga fue a luchar;
nunca escribió, en el fragor del combate,
y triste estaba el corazón sincero que lo añoraba.

La Emperatriz y el Rey,
cansados de una lucha sin cuartel,
al fin terminaron con el odio pertinaz,
que inspiraba la rivalidad:
y la multitud marcial, con risas y canciones,
hablaba de su hogar mientras marchaba,
y ¡clank, clank, clank! venían los rangos,
al sonido de las trompetas que crecía.

Y aquí y allí, en todas partes,
a lo largo del sendero lleno de gente,
venían viejos y jóvenes, con música alegre,
a unirse a las bandas;
y los niños saltaban y gritaban para espiar a la multitud,
y temblando y estremecida la novia empujaba:
Pero ¡Oh! para los labios suaves de Lenore
se habían terminado los besos y agradecimientos.

Corría rápidamente mirando hombre por hombre
con ojos anhelantes;
pero se sentía sola en la multitud poderosa,
como si la presionara y aplastara,
Mientras pasaba de la tropa (un grupo agradable)
orgullosas las plumas ondeaban y caían,
Ella se arrancaba los cabellos y giraba,
y como loca se retorcía contra el suelo.

Su madre la acariciaba con ternura,
con suaves palabras de aliento:
"Hija mía, que Dios te contemple
y te tranquilice, niña mía."
"¡Oh, madre, madre! ¡Lo que se fue, se fue!
No comprendo cómo el mundo sigue rodando:
¿Qué piedad tiene Dios conmigo?
¡Pena, pena y aflicción, para mi pesado corazón!"

"¡Cielo, ayúdala!
¡Niña, reza un Ave María!
Grandes y sabios son los actos de Dios;
Él te ama y se compadece de ti."
"¡Fuera, madre, fuera con esas mentiras!
¿Acaso Él ve mi desesperación, o escucha mi llanto?
¿Qué importa ahora esperar o rezar?
La noche ha llegado, el día ha muerto."

"¡Ayuda, Cielos, ayuda! Quien conoce al Padre
sabe por cierto que ama a su niña:
El pan y el vino de su mano divina
suavizarán su ira temperamental."
"¡Oh, madre, querida madre! el vino y el pan
no aliviarán la angustia que tortura mi mente;
porque será tarde para el pan y el vino
para este frío cadáver que aúlla desde la tumba."

"¿Qué pasaría si la falsa fe del traidor falló,
instigada por dulces tentaciones?
¿Qué pasaría si en la lejana Hungría
el tomó otra novia?
Rechaza al frágil tonto, mujer,
que acepta piedras y rechaza las perlas:
mientras que el alma y el cuerpo estén juntos
en su corazón traicionero siempre habrá tormentas."

"¡Oh madre, oh madre! ¡Lo muerto, muerto está,
y perdido quedará!
La muerte, la muerte es el destino de mi alma,
aplastada, quebrada y desolada.
¡La chispa de mi vida! ¡Abajo, abajo a la tumba:
muere sola en la noche, muere lejos en la oscuridad!
¿Qué piedad tiene Dios de mí?
¡Lamentos, ay, por mi pesado corazón!"

"Ayuda, Cielo, ayuda, y no la abandones
porque sus penas son muy agudas,
no sabe lo que dice,
¡Oh, no consideres pecado sus palabras!
Abandona, hija mía, tu desdicha,
y piensa en las felicidades prometidas,
para que tenga paz tu mente
y sé una esperanza y hogar y novia para él."

"¿Madre mía, qué es la felicidad?
¿Madre mía, qué es el infierno?
¡Mi felicidad es estar con William,
Sin él, el mundo es infierno!
Muero sola en la noche, lejos en la oscuridad!
Tierra y Cielo, Cielo y tierra,
nada peor que estar sin William."

Esta pena quebraba el pecho de Lenore,
y apesadumbraba su cerebro;
Así surgía su lamento al Poder en lo alto,
para dudar y quejarse:
Sacudiendo sus manos y golpeando su seno,
Gritando y aullando sin descanso,
hasta que su suave velo la luna desplegó,
y las estrellas brillaron en el azul oscuro.

¡Pero se escuchan unos ruidos y el trote
de un pesado caballo!
¡Cómo retumba el acero mientras surge el jinete!
¡Cómo grita el eco!
Mientras silenciosa y claramente la campana gentil
repiquetea y tintinea dulcemente;
y claro y muy bajo a través del tablón de la puerta
llega una voz a los oídos:

"¡Hola, hola! Destrabad la puerta;
¿Estás despierta, novia mía, o dormida?
¿Tu corazón aún está libre y fiel al mío?
¿Estás riendo, novia mía, o llorando?"
"¡Oh, cansada estoy, William, he esperado por ti,
Lamentandóme mientras aguardaba todo el día,
llorando con una gran pena,
por la crueldad de tu demora."

"Hasta la mortal medianoche no descansamos,
he viajado rápido desde muy lejos,
y aquí estoy de vuelta con ellos
ahora ya pasó la oscuridad."
"¡Ah! Descansa con ellos hasta que la noche esté tranquila,
suave debes ser, y blando, y cálido:
Escucha al viento, cómo susurra y golpea
a través de las hierbas espinosas."

"A través de las zarzas de espinos déjalos suspirar,
¡Déjalos suspirar, niña, déjalos!
Calma la fiereza del ojo brillante de mi cabalgadura,
y su orgulloso y salvaje penacho.
¡Arriba, arriba y lejos! No pararé,
¡Monta rápido detrás mío, arriba, arriba y lejos!
Cientos de millas serán cabalgadas
hasta que pueda reposar en la cama nupcial."

"¡Qué! ¡cabalgar cien millas esta noche,
llevado por esas locas fantasías!
¿No escuchas la campana con su lamento,
mientras tocan las once?"
"Mira, ¡mira!. ¡Mira! la luna brilla:
Nosotros y los muertos cabalgamos rápido en la noche.
Es por una apuesta que te llevaré
al recinto nupcial cada vez que nazca el día."

"¡Oh! ¿Dónde está el cuarto, querido William,
y dónde la cama, William?"
"Lejos, lejos de aquí: quieto, estrecho y frío:
tablón y fondo y tapa."
"¿Hay lugar para mí?"
"¡Para mí y para tí,
Sube, sube a la montura rápidamente!
Los invitados a la boda están listos,
y la puerta de la cámara está abierta."

Aquí a la derecha y allá a la izquierda,
pasaban los sembrados de maíz y tréboles,
y los puentes apenas vistos por los ojos asombrados,
mientras los sobrevolaban traqueteando.
"¿Qué pretende mi amado? La luna brilla,
Los muertos viajan rápido a través de la noche.
¿Acaso mi amado teme a los tranquilos muertos?"
"¡Oh, no, déjalos dormir en su lecho polvoriento!"

En la fresca y suave brisa que flotaba alrededor
mientras los cuervos volaban sobre sus cabezas,
¡Din Dón! ¡Din Dón! Es el sonido, es la canción,
"Lugar, haced lugar para los muertos que pasan!"
Lentamente el tren funerario se acerca,
llevando el ataúd, llevando el ferétro;
y el lamento de su canto era crudo y sibilante,
como el croar de las ranas en las marismas.

"Desenterraste tu cádaver en la medianoche oscura,
con himnos y tañidos y gemidos,
Pero yo te devuelvo al hogar, mi joven esposa,
para una fiesta nupcial más hermosa.
Ven, corista, ven con tu gentío coral,
y cantad solemnemente una canción de bodas,
Ven, hermano, ven - deja escapar la bendición
que no se interrumpa el descanso del novio y la novia."

¡Pasan a la derecha, pasan a la izquierda,
los árboles y montañas en la carrera!
¡A la izquierda, y a la derecha y la izquierda,
vuelan sobre el pueblo y el mercado!
"¿Qué pretende mi amado? La luna brilla,
Los muertos viajan rápido a través de la noche.
¿Acaso mi amado teme a los tranquilos muertos?"
"¡Oh! déjalos solos en su lecho polvoriento!"

¡Mira, mira, mira! en el árbol del patíbulo,
mientras bailan rodando alocadamente,
arriba y abajo, al resplandor lunar,
un grupo volátil, semi perdidos: "¡Ja, ja! loca multitud,
venid aquí, y uníos al comienzo de mi veloz carrera; Venid,
bailadme una danza, oh bailarines,
mientras nos encerramos en los tablones del lecho nupcial."

¡Cómo corre la luna allá en lo alto,
en la salvaje carrera alocada!
¡Afuera y adentro, moviéndose como las estrellas
y giran sobre el cielo resplandeciente!
"¿Qué pretende mi amado? La luna brilla,
Rápidamente los muertos cabalgan a través de la noche.
¿Acaso mi amado teme a los tranquilos muertos?"
"¡Ay! Déjalos solos en su lecho polvoriento!"

"¡Corcel, corcel! apura la marcha,
que la arena del tiempo está bien gastada;
¡Corcel, corcel, rápido! comienza el día,
El aroma matutino se siente.
Termina nuestra cabalgata, termina:
¡Haced lugar, espacio para el novio y la novia!
¡Finalmente, al fin hemos llegado al sitio,
porque la velocidad del muerto no ha aminorado!"

Y rápidamente hacia una puerta de hierro,
llegaron con las riendas sueltas;
Al toque del jinete los cerrojos cedieron,
y las trabas se quebraron y cayeron;
las puertas se abrieron ante el toque de difuntos,
y sobre las blancas tumbas se lanzaron sin orden ni concierto:
las tumbas parecían arbustos sombríos,
mientras brillaban por la débil luz de la luna.

¡Pero mira, mira! en un parpadear,
una maravilla fantasmal,
la chaqueta del jinete, pedazo a pedazo,
se cae como ceniza brillante,
Sin sangre y sin pelo, una calavera desnuda,
la visión de esa macabra cabeza fue horrible,
ya no estaba allí la máscara de la vida,
y el esqueleto llevaba un reloj de arena y una guadaña.

Fuerte relinchó el caballo mientras se hundía,
y las chispas caían desparramadas:
¿Qué hombre podría decir si hubiera huído,
o se hubiera desmayado en terreno abierto?
¡Lamentos desde la tierra y aullidos en el aire!
¡Gritos y gemidos por todas partes!
Semimuerta, medio viva, el alma de Lenore
luchó como nunca antes había luchado.

La tropa del cementerio -un grupo fantasmagórico-
rodeó a la mujer agonizante;
Adentro y afuera en sus volteretas
a través del giro de los danzarines:
"Paciencia, paciencia, cuando el corazón se está quebrando;
A tu Dios no se le hacen preguntas:
¡Fuera de tu cuerpo y liberada:
El Cielo conservará tu alma eternamente!"


sábado, 17 de septiembre de 2011

The King Of The World Of Shadows And Ice

Hades, señor de los infiernos, se enamoró de la diosa de la primavera: Kore, la hija Deméter.

Sabía que jamás podría obtenerla más que por la fuerza... así que llegó al extremo.

Acuciado por su pasión y por la soledad que sentía en el averno, Hades secuestró a Kore un día soleado, mientras la joven diosa cogía flores de un prado.

La llevó con él a su reino de hielo y sombras, y allí la obligó a convertirse en su Reina.

Ya no tenía sentido que Kore siguiera llevando el nombre que su madre le había puesto ahora que era la soberana de los infiernos. Así que Hades la rebautizó cómo: Perséfone.

Perséfone acabó enamorándose de su captor, de su oscuro esposo.

Pero Démeter descubrió el lugar en el que estaba retenida y apareció en el Averno en el acto para reclamarla, a pesar de su boda.

Si Perséfone no volvía junto a ella, Deméter estaba dispuesta a dejar la tierra sin frutos y sin sus indispensables cuidados para siempre... sin importarle que todos los mortales perecieran por ello.

Zeus, aunque no quería indisponerse con su hermano Hades, tuvo que acceder a las amenazas de Deméter, en favor del mundo humano.

Pero por aquel entonces Perséfone ya no deseaba marcharse del reino de hielo y sombras, de obsidiana, azabache, ébano y ónice.

Así que tramó un complot con Hades: comió seis semillas de una granada que crecía en los infiernos. Y así quedó atada para siempre a la dimensión de los muertos, porque quién come en el reino de Hades ha de quedarse allí por toda la eternidad.

Deméter ya no podía reclamarla, al menos no para siempre. Zeus decidió en bien de todos: Perséfone pasaría seis meses con su madre (tantos meses cómo semillas había comido) y los restantes con su esposo Hades.

Deméter no estaba nada de acuerdo con semejante trato, pero tuvo que claudicar.

La tierra sólo daría fruto cuando Perséfone regresara con ella.

Y así fue creado el crudo invierno y la llegada de la primavera.

Hades, el señor oscuro sobre el trono de obsidiana, azabache, ébano y ónice, el Rey del mundo de las sombras y el hielo, ya no estaría solo nunca más.

lunes, 12 de septiembre de 2011

"La sangre es un fluido muy especial"


Una ilustración maravillosa.
Fausto invocando al demonio Mefistófeles.
La leyenda de un oscuro alquimista practicante de la magia negra que vendió su alma al diablo mediante un pacto de sangre.
Veinticuatro años después expiró el perverso contrato y Mefistófeles se llevó el alma de Fausto por toda la eternidad.
¿Valía tanto la pena ofrecerse al infierno por unos cuantos años de desquiciados aquelarres nocturnos, fortuna absoluta que no serviría para nada una vez Fausto estuviese ardiendo en las llamas eternas, venganza sobre los enemigos y conocimientos ilimitados sobre los secretos de la tierra, el cielo y el infierno?. Lo de aprender los "conocimientos" más ocultos suena guay, pero ¿de qué sirven en el averno?.
Fausto quiso arrepentirse muchas veces de sus actos, y esto le hubiera salvado. Hubiera podido redimirse, por la misericordia infinita de Dios.
Pero Fausto no se arrepentió, coaccionado por las terroríficas amenazas de Mefisto.
Y así perdió su alma por los siglos de los siglos.
Fausto da pena, muchísima pena.
Es una historia fascinante.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

The Knights of the Round Table




La lista de todos los Caballeros de la Tabla Redonda.
Los veinticinco principales inscritos en la Tabla de Winchester, y después todos los restantes descritos en "Le Morte d'Arthur" de Sir Thomas Malory.


King Arthur

Sir Lancelot du Lac

Sir Galahad

Sir Gawain

Sir Percivale

Sir Lionell

Sir Bors de Ganis

Sir Kay le Seneschal

Sir Tristan de Lyones

Sir Gareth

Sir Bedivere

Sir Bleoberis

Sir Breunor le Noire (La Cote Male Taile)

Sir Lucan

Sir Palomedes

Sir Lamorak

Sir Safer

Sir Pelleas

Sir Ector de Maris

Sir Dagonet

Sir Degore

Sir Gingalin (Le Bel Desconneu)

Sir Alymere

Sir Mordred.

---------

Sir Aglovale

Sir Agravaine

Sir Aliduke

King Anguish of Ireland

Earl Aristause

Sir Arrok de Grevaunt

Sir Astamor.

King Bagdemagus

Sir Barant le Apres (also called the King with the hundred knights)

Sir Baudwin

Sir Bellangere le Beuse

Sir Bellangere le Orgulous

Sir Belleus

Sir Blamore de Ganis

Sir Bohart le Cure Hardy (the son of King Arthur, also called Sir Borre)

Sir Brandiles

Sir Brian de Listinoise.

King Carados of Scotland

Sir Cardok

Duke Chaleins of Clarance

King Clarance of Northumberland

Sir Clarrus of Cleremont

Sir Clegis

Sir Cloddrus

Sir Colgrevance

Sir Constantine

Sir Crosselm

Sir Curselaine

Sir Darras

Sir Degrane Saunce Velany

Sir Degrevaunt

Sir Dinadan

Sir Dinas

Sir Dinas le Seneschal of Cornwall

Sir Dodinas le Savage

Sir Durnore

Sir Driant.

Sir Edward of Carnarvon

Sir Edward of Orkney

Sir Epinogris

Sir Erminide

Sir Fergus

Sir Florence.

Sir Gahalantine

Sir Gaheris

Sir Galagars

Sir Galihodin

Sir Galihud

Sir Galleron of Galway

Sir Gautere

Sir Gillemere

Sir Griflet le Fise de Dieu

Sir Gromere Grommor's son

Sir Guyart le Petite

Sir Gromore Somir Joure

Sir Harry le Fise Lake

Sir Hebes

Sir Hebes le Renoumes

Sir Hectimere

Sir Helaine le Blank

Sir Hervise de la Forest Savage

Sir Hervise le Revel

Sir Ironside (also called the noble Red Knight of the Red Launds).

Sir Kay de Stranges.

Sir Ladinas of the Forest Savage

King of the Lake

Earl Lambaile

Sir Lambegus

Sir Lamiel of Cardiff

Sir Lavaine

Sir Lovel

Sir Lucan the Butler.

Sir Mador de la Porte

Sir Marhaus

Sir Marrok

Sir Melleaus de Lile

Sir Melion of the Mountain

Sir Meliot de Logris

Sir Meliagaunce

Sir Menaduke

Sir Morganore.

Sir King Nentres of Garloth

Sir Nerovens.

Sir Ozanna le Cure Hardy.

Sir Patrise of Ireland

Sir Perimones

Sir Persaunt

Sir Persides

Sir Pertilope (also called the Green Knight)

Sir Petipase of Winchelsea

Sir Pinel le Savage

Sir Plaine de Fors

Sir Plenorius

Sir Priamus.

Sir Reynold, the Duke de la Rowse

Sir Sadok

Sir Sagramore le Desirous

Sir Safere

Sir Selises of the Dolorous Tower

Sir Sentraile

Sir Servause le Breuse

Sir Suppinabilis.

Sir Tor

Earl Ulbause

King Uriens of the land of Gore

Sir Urre

Sir Uwaine le Blanche Mains (also called Sir Uwaine le Fise de Roy Ureine )

Sir Uwaine les Avoutres.

Sir Villiars the Valiant.



martes, 6 de septiembre de 2011

La Belle Dame Sans Merci


La balada de John Keats: "La Bella Dama Sin Compasión".
Adoro este poema, en el que la belleza y el horror se entrelazan y ya no es posible distinguir uno de otro o separarlos.
Da tanta pena el desgraciado caballero cómo la dama maldita, el monstruo que no puede evitar su naturaleza.
Ni siquiera el amor puede redimirla, porque la ha amado el caballero, y reyes y príncipes y guerreros innumerables durante un tiempo innumerable... Y de nada ha servido.
El monstruo seguirá siendo un monstruo, en esta balada no hay encanto bestial que contrarrestar, ni absolución posible para esta dama fatal.

I
Oh, ¿qué puede afligirte, caballero armado,
tan solo y pálido vagando?
El junco está marchito en el lago
y de aves no hay un solo canto.

II
Oh, ¿qué puede afligirte, caballero armado,
tan macilento y tan apenado?
Lleno está el granero de la ardilla
y la cosecha ya ha sido recogida.

III
En tu frente veo un lirio
humedecido de angustia y febril rocío;
y en tu mejilla una rosa desteñida
velozmente también se marchita.

IV
«Encontré a una dama en el prado,
muy hermosa, una doncella de las hadas;
su cabello era largo, sus pies eran ligeros,
y salvajes sus ojos miraban.

V
Hice una guirnalda para su cabeza,
y también brazaletes, y un fragante cinturón;
me miró ella al tiempo en que me amaba,
y un dulce gemido lanzó.

VI
La senté sobre mi corcel al paso,
y en todo el día ya no vi más nada,
pues hacia un lado ella se inclinaba
entonando una canción de hadas.

VII
Me encontró raíces de dulce sabor,
y miel silvestre y rocío de maná;
y en una lengua extraña seguro dijo:
“¡Te amaré con fidelidad!”.

VIII
A su gruta élfica me llevó,
y allí lloró y suspiró con aflicción,
y allí cerré sus ojos frenéticos
con cuatro besos.

IX
Y allí me arrulló hasta que me dormí,
y allí soñé, ¡ah, presagio de tormento!,
el último sueño que jamás soñé,
en la ladera del frío cerro.

X
Vi pálidos reyes, y príncipes también,
pálidos guerreros, todos con una palidez de muerte;
y gritaron: “¡La Bella Dama Sin Piedad
esclavizado te tiene!”.

XI
Vi sus hambrientos labios en la oscuridad
en horrible advertencia abiertos,
y desperté, y aquí me encontré,
en la ladera del frío cerro.

XII
Y es por eso que permanezco aquí,
tan solo y pálido vagando,
aunque el junco esté marchito en el lago
y de aves no haya un solo canto.»

lunes, 5 de septiembre de 2011

The Seventh Seal: The knight's first meeting with death



Un hombre que apuesta su vida al ajedrez contra la Muerte. Una antigua escena de leyenda medieval, llevada a cuento, a película, a balada...







The Death

“¿Dónde estaba la muerte? ¿Por qué razón se demoraba tanto? ¿De dónde llegaría? Parecía tomarse su tiempo, desde luego; parecía dirigirse allí muy despacio, regodeándose morosa como lo hacen quienes participan en un cortejo fúnebre. Y por mero reflejo ese pensamiento le llevó una suave música a la cabeza, una música como esa que se escucha en el teatro cuando la heroína de la obra está a punto de hacer su entrada en escena, una música que anuncia un acontecimiento crucial e inminente. Todo eso, sin embargo, le había parecido siempre ridículo, un recurso muy poco artístico. Pues así parecía actuar la muerte.”


“De repente percibió un ruido que parecía producirse abajo, quizá en la primera planta del edificio. Fue un ruido lejano, amortiguado problablemente por esa lejanía; acaso el de unos pasos sobre los peldaños de hierro de la escalera. Unos pasos lentos... Aguzó el oído y pudo contar hasta cien entre un paso y otro. Aprensiva e histérica, a penas podía hacer otra cosa... Pero... ¿dónde estaba la música fúnebre que forzosamente debería acompañar aquellos pasos. [...]

No le cupo duda de que era la muerte quien subía despacio por la escalera, enseñoreándose de la casa vacía. Y supo que era así porque no podía decirle otra cosa la sensible inteligencia en su oído, no su mera capacidad de escuchar.
Concentró todos sus esfuerzos, que eran incluso dolorosos, en oír cualquier sonido que llegase de la escalera, sabedora de que tenía que hacerlo por muy duro y difícil que le resultara. ¿Cómo iba a relajarse, no obstante, con todo lo que tenía que hacer? Cada minuto, cada segundo, sería vital; la muerte, aun despaciosa, no desaprovechaba el tiempo de apuntar con su dedo frío las almas que quiere llevarse, apenas emergen éstas del cuerpo putrefacto de los difuntos. Y ella, al menos, iba a tener el honor de recibirla en persona, como se recibe a los heraldos, o a los subordinados, que al fin y al cabo eso es la muerte: una especie de emisario del más allá.
El sonido de aquellos pasos decía a la mujer que la muerte avanzaba lenta pero inexorable. Peldaño a peldaño y descansillo tras descansillo, se acercaba, no obstante anduviese con mayor lentitud que antes. Tan leves eran sus pasos como el ruido amortiguado pero constante que hacían. La muerte, si bien muy lenta, avanzaba sin tregua.”


“Contaba la mujer los pasos, uno, dos, tres... Y se irritaba al observar las pausas tan largas que hacía la muerte entre un paso y otro. Cuando la muerte proseguía su lento ascenso, volvía a contarlos, cada vez más audibles, cada vez más próximos, secos, sin eco... ¿Cuantos peldaños habría en aquella escalera? Nunca se había detenido a contarlos. Ahora le hubiera gustado saberlo, pero... ¡qué importaba ya! Cada uno de los pasos de la muerte anunciaba su presencia inmediata; nada más podía decir aquella mayor sonoridad de su avance. Supo bien la mujer cuando llegaban a un descansillo; incluso calculó bien los segundos que se detendría allí antes de acceder a los últimos tramos de la escalera... Y calculó perfectamente también, lo que tardaría en llegar al pasillo de la planta en la que estaba la habitación. Y supo al fin cuando se detuvo ante la puerta. Entonces llamó la muerte con sus nudillos de hierro.
Los nervios impidieron a la mujer decirle que adelante. La muerte volvía a golpear la puerta con sus nudillos, de manera más imperiosa. Sintió la mujer que aquellos golpes en la puerta hacían temblar las paredes del cuarto. Entonces se dejó sentir el sonido del pomo de la puerta en un giro. Y en un movimiento raudo e instintivo, en busca de protección, la mujer se arrojó a los brazos del esposo.
Cuando Mary abrió la puerta y entró en la habitación vio a la mujer muerta, yaciente junto al hombre muerto.”

La Muerte y la Mujer - Gertrude Arterton

viernes, 17 de junio de 2011

To Nephrite.



Una canción del soundtrack de Sailor Moon. Dedicada a Ramiro/Nephrite (también conocido como Masato Sanjoin).
Los fans no le olvidan... T_T

Nephrite Forever



La muerte más emocionante de un personaje de anime. ¿Quién no recuerda cómo murió Ramiro?. Después de prometerle a Kari que la acompañaría a tomar postre de chocolate... Después de que Ramiro aprendiera a reír por primera vez...
De pequeña lloré cómo una magdalena con esta escena. Es mi favorita de todo Sailor Moon.
<<‒ Lo siento... te he mentido todo el tiempo... Creo que ya no podré ir a tomar postre de chocolate contigo...>>
Y Ramiro se desvanece en la noche...

martes, 14 de junio de 2011

For my mother, with love II





For my mother, with love






Mi madre es artista. Una maravillosa pintora, para ser más exactos.
Ella tiene un espíritu poético y extraordinario, muy acorde con su profesión.
Su hija Ana (vamos, yo), que quiere ser escritora, la admira muchísimo. Le encantaría llegar a ser tan artista cómo su madre, por mérito y espíritu igual que ella.
Aquí le dejo a mi madre una bonita selección de cuadros, para una bonita pintora, que ella sabrá entender mejor que nadie. Y espero que los disfrute mucho.


domingo, 12 de junio de 2011

The Death of Ophelia II



Dos imágenes más, maravillosas, sobre el tema de Ofelia.
No me han cabido en el anterior mensaje, por eso las subo en éste para finalizar ya con "Hamlet".

The Death of Ophelia






La historia de la desdichada Ofelia de la obra de teatro: “Hamlet, príncipe de Dinamarca” (by William Shakespeare) siempre me ha parecido muy hermosa, y muy poética. Por trágica que sea. Cito el delirio de Ofelia, que la llevará a un desenlace fatal. Y adjunto algunas pinturas famosas sobre ella.

[***]

<< Reina: ¿Qué tal, Ofelia?

Ofelia (cantando):


¿Cómo te conocería,

dueño de mi corazón?

‒Por el sombrero de conchas,

las sandalias y el bordón.


Reina: ¡Ay, querida amiga! ¿A qué viene ese cántico?

Ofelia: ¿Que decís? No; permitidme un momento; atended (cantando):


Ya está muerto, señora;

nos ha dejado;

verde alfombra de césped

lo ha sepultado,

y a sus pies una losa

de mármol blanco.


¡Oh, oh!...


Reina: ¡Sí, pero Ofelia!...

Ofelia: Os lo ruego, atended (cantando):


Es tan blanca su mortaja

como la nieve del monte


Entra el Rey




Reina: ¡Oh, desdichada! Mirad aquí, señor.

Ofelia: (Continuando su canto):


Y bajaron su tumba,

adornándose con flores

humedecidas con lágrimas

de sus fieles amadores.


Rey: ¿Cómo estás, linda doncella?

Ofelia: Bien; Dios os lo pague... Cuentan que la lechuza era hija de un panadero. ¡Señor! Sabemos lo que somos, más no sabemos lo que podemos ser. Dios bendiga vuestra mesa.

Rey: ¡Desvaríos acerca de su padre!

Ofelia: Por favor, ni una palabra de esto; mas si os preguntan qué significa, decid lo siguiente (cantando):


Mañana es la fiesta

de San Valentín;

al toque del alba

vendré por aquí-

Iré a tu ventana,

que soy doncellita,

pronta a convertirme

en tu Valentina.

Entonces él se alza

y pónese aprisa ligero vestido;

y, abriendo la puerta,

entró doncella, que tal no ha salido.


Rey: ¡Hermosa Ofelia!...

Ofelia: Mirad, va de veras; sin grosería alguna voy a terminar esta canción (cantando):


¡Por Jesús y la Santa Caridad!

¡Desdichada de mí! ¡Ay, qué vergüenza!

Hacen todos los jóvenes lo mismo

cuando este propio caso se les brinda.

Pues juro a Dios que es una acción villana

contestó la doncella‒, porque antes

de tenderme en el lecho, prometiste

unirte en sacrosanto matrimonio.


Repuso él:


Y tal hiciera, por la luz del Sol,

si no te anticiparas a mi tálamo.


Rey: ¿Desde cuándo está así?

Ofelia: Espero que todo irá bien. Hemos de tener paciencia. Pero no puedo menos de llorar pensando que le pondrán allí, en la tierra fría. Mi hermana lo sabrá; y así, os agradezco vuestro consejo. ¡A ver, mi coche! ¡Adiós, señoras!. ¡Buenas noches, amables señoras! ¡Buenas noches, adiós, adiós! (Sale)




[...]


Laertes: ¿Qué sucede? ¿Qué estrépito es ése? (Vuelve a entrar Ofelia, como antes, pero fantásticamente adornada con flores y hierbas silvestres) ¡Oh, fiebre, seca mis sesos! ¡Lágrimas siete veces amargas, consumid la sensibilidad y potencia de mis ojos! ¡Juro por el cielo que tu locura se pagará con creces, hasta que el castigo tuerza el fiel de la balanza! ¡oh, rosa de mayo, preciada niña, amorosa hermana, dulce Ofelia! ¡Oh, cielos! ¿Es posible que el juicio de una tierna doncella sea tan frágil como la vida de un anciano? La naturaleza es sutil en achaques de amor, y sutil como es, plácele exhalar alguna preciosa prenda en pos del ser amado.

Ofelia: (Cantando)


Lleváronle en su ataúd

con la cara descubierta.

A la non, non, noninanón;

A la non, non, noninanón.

Y llovieron muchas lágrimas

sobre su tumba entreabierta.


¡Adiós palomito mío!.


Laertes: ¡Si estuvieras en tu juicio y me inclinaras a la vergüenza, no me conmoverías tanto como el verte así!

Ofeli: (Cantando)


Cantad abajo, abajito

y llamadle, que está abajo.


¡Oh, qué bien va con el tono del estribillo! Fue el infiel mayordomo, que robó a la hija de su señor.


Laertes: Esa nonada dice más que muchos discursos.

Ofelia: (A Laertes) He aquí, romero, que es para la memoria; acuérdate, amor mío, te lo ruego; y aquí trinitarias, que son para los pensamientos.

Laertes: Una lección en la locura; pensamientos y recuerdos, ¡todo bien acorde!

Ofelia: (Al Rey) Aquí os traigo hinojo y aguileñas. (A la Reina) Aquí, ruda para vos, y también algo de ella para mí; nosotras podemos llamarla hierba de la gracia los domingos. ¡Ah!, mas vos habréis de llevar vuestra ruda de un modo distinto. Ahí va una margarita (A Horacio). Bien quisiera ofreceros algunas violetas; pero se marchitaron todas cuando murió mi padre. Dicen que tuvo un buen fin. (Cantando):


Porque mi buen Robin

es toda mi alegría


Laertes: Reflexiones y congojas, delirios y el mismo infierno, todo lo vuelve en gracia y lindeza.

Ofelia: (Cantando):


¿Y no volverá otra vez?

¿Y otra vez no volverá?

No, no, porque ya está muerto

en su sepulcro de piedra,

y nunca más volverá.

Su barca era cual nieve;

su cabello, como el lino.

Se ha marchado, se ha marchado;

son vanos nuestros suspiros.

¡Dios se apiade de su alma!


¡Y de todas las almas cristianas! Así lo pido a Dios. Sea Él con vosotros. (Sale)

I am half-sick of shadows, said the Lady of Shalott






En ésta nueva entrada pongo un poema que me encanta. Se trata de: "La Dama de Shalott" de Tennyson.
También subo unos cuantos cuadros que tratan sobre el tema.

LA DAMA DE SHALOTT
I
A ambos lados del rio se despliegan
sembrados de cebada y de centeno
que visten la meseta y el cielo tocan;
y corre junto al campo la calzada
que va hasta Camelot la de las torres;
y va la gente en idas y venidas,
donde los lirios crecen contemplando,
en torno de la isla de allí abajo,
la isla de Shalott.
El sauce palidece, tiembla el álamo,
cae en sombras la brisa, y se estremece
en esa ola que corre sin cesar
a orillas de la isla por el rio
que fluye descendiendo a Camelot.
Cuatro muros y cuatro torres grises
dominan un lugar lleno de flores,
y en la isla silenciosa vive oculta
la Dama de Shalott.
Junto al margen velado por los sauces
deslízanse tiradas las gabarras
por morosos caballos. Sin saludos,
pasa como volando la falúa.
con su vela de seda a Camelot:
mas, ¿quién la ha visto hacer un ademán
o la ha visto asomada a la ventana?
¿O es que es conocida en todo el reino,
La Dama de Shalott?
Sólo al amanecer, los segadores
que siegan las espigas de cebada
escuchan la canción que trae el eco
del río que serpea, transparente,
y que va a Camelot la de las torres.
Y con la luna, el segador cansado,
que apila las gavillas en la tierra,
susurra al escucharla: "Ésa es el hada,
La Dama de Shalott".
II
Allí está ella, que teje noche y día
una mágica tela de colores.
Ha escuchado un susurro que le anuncia
que alguna horrible maldición le aguarda
si mira en dirección a Camelot.
No sabe qué será el encantamiento,
y así sigue tejiendo sin parar,
y ya sólo de eso se preocupa
la Dama de Shalott.
Y moviéndose en un límpido espejo
que está delante de ella todo el año,
se aparecen del mundo de las tinieblas.
Allí ve la cercana carretera
que abajo serpea hasta Camelot:
allí gira del río el remolino,
y allí los más cerriles aldeanos
y las capas encarnadas de las mozas
Pasan junto a Shalott.
A veces, un tropel de damiselas,
un abad tendido en almohadones,
un zagal con el pelo ensortijado,
o un paje con vestido carmesí
van hacia Camelot la de las torres.
Y alguna vez, en el azul espejo,
cabalgan dos a dos los caballeros:
no tiene caballero que la sirva
la Dama de Shalott.
Pero aún ella goza cuando teje
las mágicas visiones del espejo:
a menudo en las noches silenciosas
un funeral con velas y penachos
con su música iba a Camelot;
o cuando estaba la luna en el cielo
venian dos amantes ya casados.
"harta estoy de tinieblas", se decía
la Dama de Shalott.
III
A un tiro de flecha de su alero
cabalgaba él en medio de las mieses:
venía el sol brillando entre las hojas,
llameando en las broncíneas grebas
del audaz y valiente Lanzarote.
Un cruzado por siempre de rodillas
ante una dama fulgía en su escudo
por los remotos campos amarillos
cercanos a Shalott.
Lucía libre la enjoyada brida
como un ramal de estrellas que se vé
prendido de la áurea galaxia.
Sonaban los alegres cascabeles
mientras él cabalgaba a Camelot:
y de su heráldica trena colgaba
un potente clarín todo de plata;
tintineaba, al trote, su armadura
muy cerca de Shalott.
Bajo el azul del cielo despejado
su silla tan lujosa refulgía
el yelmo y la alta pluma sobre el yelmo
como una sola llama ardían juntos
mientras él cabalgaba a Camelot.
Tal sucede en la noche purpúrea
bajo constelaciones luminosas,
un barbado meteoro se aproxima
a la quieta Shalott.
Su clara frente al sol resplandecía,
montado en su corcel de hermosos cascos;
pendían de debajo de su yelmo
sus bucles que eran negros cual tizones
mientras él cabalgaba a Camelot.
Al pasar por la orilla y junto al río
brillaba en el espejo de cristal.
"tiroliro", por la margen del río
cantaba Lanzarote.
Ella dejó el paño, dejó el telar,
a través de la estancia dio tres pasos,
vio que su lirio de agua florecía,
contempló el yelmo y contempló la pluma,
dirigió su mirada a Camelot.
Salió volando el hilo por los aires,
de lado a lado se quebró el espejo.
"Es ésta ya la maldición", gritó
la Dama de Shalott.
IV
Al soplo huracanado del levante,
los bosques sin color languidecían;
las aguas lamentábanse en la orilla;
con un cielo plomizo y bajo, estaba
lloviendo en Camelot la de las torres.
Ella descendió y encontró una barca
bajo un sauce flotando entre las aguas,
y en torno de la proa dejó escrito
La Dama de Shalott.
Y a través de la niebla, río abajo,
cual temerario vidente en un trance
que ve todos sus propios infortunios,
vidriada la expresión de su semblante,
dirigió su mirada a Camelot.
Y luego, a la caída de la tarde,
retiró la cadena y se tendió;
muy lejos la arrastró el ancho caudal,
la Dama de Shalott.
Echada, toda de un níveo blanco
que flotaba a los lados libremente
-leves hojas cayendo sobre ella-,
a través de los ruidos de la noche
fue deslizándose hasta Camelot.
Y en tanto que la barca serpeaba
entre cerros de sauces y sembrados,
cantar la oyeron su canción postrera,
la Dama de Shalott.
Oyeron un himno doliente y sacro
cantado en alto, cantado quedamente,
hasta que se heló su sangre despacio
y sus ojos se nublaron del todo
vueltos a Camelot la de las torres.
Cuando llegaba ya con la corriente
a la primera casa junto al agua,
cantando su canción, ella murió,
la Dama de Shalott.
Por debajo de torres y balcones,
junto a muros de calles y jardines,
su forma resplandeciente flotaba,
su mortal palidez entre las casas,
ya silenciosamente en Camelot.
Viniendo de los muelles se acercaron
caballero y burgués, señor y dama,
y su nombre leyeron en la proa,
la Dama de Shalott.
¿Quién es ésta?¿Y qué es lo que hace aquí?
Y en el cercano palacio encendido
se extinguió la alegría cortesana,
y llenos de temor se santiguaron
en Camelot los caballeros todos.
Pero quedó pensativo Lanzarote;
luego dijo: "tiene un hermoso rostro;
que Dios se apiade de ella, en su clemencia,
la Dama de Shalott"